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Atentados cometidos en Europa desde 2018

Actualizado: 9 nov 2022

¿Qué armas emplearon, cómo las utilizaron y de qué manera se prepararon los ataques?

Sobre un muro, impresas las letras EUROPA y un cuchillo atravesándolas con casquillos de bala sueltos

Analizaré los atentados más significativos cometidos entre 2018 y 2020 en Europa para lo que recomiendo una lectura de mi anterior artículo “Principales armas empleadas por el terrorismo yihadista en suelo europeo”; ayudará al lector a comprender mejor el modus operandi de los terroristas.


Trébes (Francia): 23 de marzo de 2018


Los ataques dan inicio a media mañana en Carcasona, donde el terrorista Radouane Ladkin asesinó al pasajero de un vehículo particular de un tiro en la cabeza e hirió al conductor. Acto seguido, cogió dicho turismo y se trasladó hacia sus siguientes objetivos: intenta atropellar a un grupo de cuatro policías que hacían deporte por la calle e iban desarmados, abriendo fuego a continuación contra dichos agentes y alcanzando a uno de ellos.


Posteriormente se introduce en un supermercado de Trebés armado con una pistola, una granada y un cuchillo (vemos como hace un uso combinado de medios: vehículo, pistola, granada y cuchillo) y después de gritar “Allahu Akbar” comienza a disparar, matando a dos personas y tomando a otros como rehenes, logrando huir al menos 12 civiles con la ayuda de los gendarmes, quiénes les protegieron en el estacionamiento del local.


El terrorista, estando aún con los rehenes, declara su lealtad al Daesh. Mientras, la Policía empieza a impermeabilizar la zona cortando el paso de personas y vehículos y evacuando a los civiles.


El terrorista exigió la liberación de Salah Abdeselam, uno de los principales sospechosos de los ataques en París en noviembre de 2015. La Policía intentó negociar con él sin éxito a través de su madre y dos de sus hermanas.


Seguidamente tomó a uno de los rehenes (una mujer), para utilizarla como escudo humano, lo que motiva que un oficial de la Gendarmería se ofreciera a ocupar el lugar del rehén, siendo intercambiado. Dicho Agente pudo mantener la comunicación con sus compañeros sin que se percatara el terrorista, quién le disparó lo que oyeron los gendarmes en el exterior que deciden la entrada inmediata en el supermercado. Seis agentes del GIGN (Grupo de Intervención de la Gendarmería Nacional) asaltaron el local e intercambiaron disparos con el agresor, siendo finalmente neutralizado.


Radouane Ladkin estaba bajo un “seguimiento” efectivo en el momento en que perpetró los atentados ya que figuraba desde 2014 en el llamado “Fichero S”, de personas susceptibles de representar un peligro para la seguridad del Estado. En noviembre de 2015 había sido incluido dentro del Fichero de Señalamientos para la Prevención de la Radicalización Terrorista (FSPRT) por sus vínculos salafistas. En el registro posterior de su casa, se descubrieron notas jurando lealtad al Estado Islámico y considerándose listo para morir por su causa.


El Daesh reivindicó el atentado a través de su agencia de noticias, Amaq

Haciendo un análisis del atentado descrito, lo que personalmente más me ha llamado la atención ha sido la existencia de “negociación”. Es decir, que el terrorista permitiera que se negociara (normalmente para los yihadistas no cabe negociación hasta que impere la Sharia o Ley islámica, en su reinterpretación particular). Eso me hace dudar de si sus verdaderas intenciones fueron las propias de los fundamentalistas o por el contrario podríamos hablar de una inestabilidad mental, por ejemplo.


Otro detalle: accedió a cambiar un rehén por un policía. Pienso que lo hizo porque tenía más valor y repercusión en los medios para él; de hecho, su principal objetivo fueron policías (atentó previamente contra un grupo de agentes).


A sabiendas de que negociar con este tipo de terrorismo es prácticamente imposible y que los terroristas llegarán hasta las últimas consecuencias, habría que analizar qué llevó al oficial a intercambiarse por el rehén, cuando iba a una muerte “casi” segura. Pienso que lo hizo por uno de los motivos siguientes: o vio opciones durante el transcurso de la negociación y creyó tener posibilidades o se acogió a su “deber de sacrificio”.



París (Francia): 12 de mayo de 2018


Un individuo de origen checheno nacionalizado francés, llamado Khamzat Azimov, de 21 años de edad, atacó con un cuchillo a cinco personas en plena calle al grito de “Allahu Akbar”, en torno a las nueve de la noche. En el acto falleció un joven de veintinueve años y las otras cuatro personas resultaron heridas. Posteriormente caminó y se dirigió a una patrulla policial donde se abalanzó contra ellos gritando y con el cuchillo entre sus manos amenazándolos.


Uno de los policías intentó detenerlo activando una pistola eléctrica en dos ocasiones sin éxito. Un segundo policía decidió apuntar con su arma de fuego y disparó contra el agresor dos veces.


El terrorista había sido investigado un mes antes por la Fiscalía Antiterrorista; el Daesh se adjudicó el ataque

Se trató de un nuevo “lobo solitario”, que actuó por cuenta propia y apuñalando a todo aquél que se encontraba a su paso, hasta la llegada de la Policía que pudo neutralizarlo. En el mensaje del Daesh asumiendo la autoría del atentado y difundido por la agencia Amaq, aseguraba que dicho ataque fue lanzado por un “Soldado del Estado Islámico” y fue perpetrado en “repuesta a las llamadas de la coalición internacional comandada por Estados Unidos contra el EI”.


Lieja (Bélgica): 29 de mayo de 2018


Todo sucedió en el centro de la ciudad, donde el terrorista, Benjamin Herman (31 años de edad, de origen belga y con permiso penitenciario en el momento del ataque), utilizó un arma blanca para abordar por la espalda a una pareja de policías y posteriormente robó sus armas de fuego reglamentarias y les disparó. Mueren las dos agentes.


Entró varias veces en un café cercano y después disparó contra un vehículo, matando a un joven de 22 años, todo ello al grito de “Allahu Akbar”. Seguidamente salió corriendo y a unos 100 metros entró en un instituto y tomó como rehén a una señora de la limpieza que se encontraba trabajando en ese momento.


La Policía procedió al desalojo del Instituto poco a poco, mientras impermeabiliza la zona para, una vez cercado el centro educativo, enfrentarse al terrorista y consiguen abatirlo, resultando varios policías heridos en las piernas durante el tiroteo.


La noche anterior al atentado, mató a otro hombre. Un heroinómano cuyo cadáver fue encontrado en su domicilio de On, en la provincia de Luxemburgo. El agresor cumplía condena por delitos menores habiéndosele concedido un permiso penitenciario pero estaba fichado por sus contactos con islamistas radicales.


El Daesh reclamó la autoría del ataque a través de la agencia Amaq, vinculada a dicho grupo yihadista, señalando que el responsable era un “soldado del Estado Islámico” - como en anteriores mensajes -, que respondió al llamamiento del grupo a atacar en países que forman parte de la coalición que encabeza Estados Unidos y que actúa contra el grupo en Irak y Siria. Es muy posible que en realidad el atentado no fuera coordinado por el grupo terrorista sino que lo reivindican, como costumbre, dando a entender que cuentan con "soldados" por todas partes. Sin embargo, esperan a que las noticias comenten el suceso y si no lo reivindica nadie, lo hacen ellos.


El criminal probablemente se radicalizó estando en prisión (tierra fértil para el radicalismo islamista)

En lo que al propio atentado se refiere, el hecho de que ya asesinara a un hombre el día anterior hace pensar que fue un ataque premeditado. Tanto el objetivo (policías), como la condición de mujer de las agentes fallecidas no da la impresión de que fueran elegidas al azar. Las abordó por la espalda, sin posibilidad de defensa y les robó la pistola.


Se hace fundamental, a la hora de patrullas policiales ejerciendo dispositivos de vigilancia estáticos o dinámicos, prestarlos de forma que controlen todos los ángulos posibles según número de agentes y que estos se encuentren separados prudencialmente, de forma que si es atacado uno de ellos, otro pueda repeler la agresión. Del mismo modo, la utilización de fundas antihurto de armas de fuego resulta imprescindible en la realidad policial actual, ya que dicho uso dificulta o impide su extracción, ganando un tiempo que se antoja fundamental.


Estrasburgo (Francia): 11 de diciembre de 2018


El atentado de Estrasburgo sucedió en la tarde-noche. El terrorista fue identificado como Chérif Chekatt, de 29 años y nacido en la ciudad (en Estrasburgo) pero de origen argelino.


Abrió fuego en un mercado navideño (el más antiguo de Francia y que cada año atrae a miles de turistas) mientras gritaba “Allahu Akbar”, cerca de la Plaza Kléber, matando a cuatro personas y dejando heridas a trece. Después de abrir fuego huyó en un taxi y abandonó el lugar del atentado. Contaba con numerosos antecedentes por delitos menores (especialmente robo y robo con violencia), en Francia, además de otros en Alemania y Suiza, y se encontraba en el “fichero S”, como un sujeto con potencial riesgo para la seguridad del Estado.


El mismo día del atentado, por la mañana, la Policía registró su domicilio, en el barrio de Neudorf, en el curso de una investigación por un atraco en el que murió una persona. En el registro del domicilio se halló documentación y varias granadas de mano.


Antes de darse a la fuga, el terrorista resultó herido por una patrulla de soldados de la Operación Centinela que se encontraban desplegados en todo el país por la amenaza terrorista.


Sembró el terror en tres puntos distintos de la ciudad a partir de las 19:50 horas; entre las 20:20 horas y las 21:00 se enfrentó en varias ocasiones a las fuerzas de seguridad, con un intercambio de disparos. Finalmente, el día 13 de diciembre (dos días después del atentado), fue abatido sobre las 21:00 horas por la Policía Francesa.


La operación se llevó a cabo en la C/ Lazaret, al sur del barrio de Neudorf (barrio en el que residía), lugar donde se le había perdido la pista. Más de 700 agentes se habían desplegado en los últimos días para interceptarlo, lo que demuestra que nunca se alejó de la zona del atentado.


Un equipo de la brigada especializada sobre el terreno, compuesta de tres miembros, vio a un individuo que deambulaba por la vía pública (estaba refugiado en un almacén) y que correspondía a la descripción de la persona buscada desde la noche del martes. En el momento en que los agentes iban a proceder a su detención, el terrorista se dio la vuelta y se enfrentó a los agentes de policía a disparos. Ellos respondieron de inmediato y neutralizaron al agresor.


La cantidad de personas incluidas en el Fichero S hace imprescindible el aumento de recursos policiales para cubrir la especial vigilancia a la que deben estar sometidos estos peligrosos individuos

Como hemos podido ver en anteriores ocasiones, era un delincuente común que tenía antecedentes por diferentes delitos en varios países, y de los cuales cumplió sus correspondientes penas; lo que hace presuponer que se radicalizó en la cárcel. Habría que poner el foco en ese aspecto, que revertiera la situación y frenara los procesos de radicalización que se originan en los centros penitenciarios.


Un dato a tener en cuenta es la fotografía que se difundió del terrorista en los diferentes medios de comunicación en la cual se podía ver una mancha en la frente conocida como “el callo de la Fe” o “marca del rezo”, lo que denotaba una práctica rigurosa del Islam, al ser provocada por los continuos rezos. Un delincuente o un criminal, que está en prisión por ello, si se refugia con tal pasión en la religión pudiera derivar hacia posiciones extremistas.


Cuando fueron a su domicilio, ya no se encontraba en el mismo. Probablemente estaba precavido, y se dio cuenta a tiempo que iban a buscarlo. Recordemos que logró huir del lugar del atentado, así como que nació en la ciudad que nos ocupa: conocía la zona perfectamente por lo que sabía por donde darse a la fuga.


Cometió el atentado con arma de fuego, además de encontrársele en el registro de su domicilio granadas de mano. Se hace fundamental dificultar la adquisición de armas en el mercado negro por parte de delincuentes y un seguimiento a sus correspondientes rutas de abastecimiento.


El empleo del ejército y el aumento de la vigilancia policial ha demostrado ser de gran utilidad en Francia (Operación Centinela). De no estar desplegados por la amenaza terrorista, la respuesta no hubiera sido inmediata. Lo que significa que a más seguridad, mayor libertad. No hay libertad sin seguridad.


Habría que estudiar si el atentado estaba premeditado. Tal vez se desencadenó precozmente (como ocurrió en Barcelona con la explosión del chalet), siendo circunstancial, por la localización y posterior entrada a su domicilio por parte de la Policía. Cabe tener en cuenta también que fue reivindicado por el Daesh una vez abatido (dos días después del atentado), lo que demuestra una vez más el oportunismo de la organización terrorista y la explotación de la figura de “lobo solitario” que hace que no lo reivindique antes para asegurarse que no es capturado vivo y en los interrogatorios diga lo contrario.

París (Francia): 4 de octubre de 2019


El atentado se consumó en el interior de la Prefectura de París. El terrorista identificado como Mickael Harpon, un experto en informática empleado en la Unidad de Inteligencia, de 45 años y originario de Martinica, se había convertido al Islam hacía una década. Era funcionario de dicha Jefatura de Policía y en su ataque asesinó a cuatro compañeros e hirió a otro. Estaba en contacto con movimientos extremistas y lo tenía todo planeado.


Comenzó su ataque contra dos compañeros en su mismo despacho, a quienes asesinó con extrema violencia. Posteriormente entró en otro despacho y acuchilló mortalmente a un administrativo. Tras ello, intentó entrar en otro despacho que estaba cerrado y bajó por las escaleras, donde agredió a otra persona. Una vez en el patio, un policía le disparó mortalmente cuando corría hacia él blandiendo el cuchillo.


La misma mañana del atentado compró en una tienda cercana dos cuchillos, uno de ellos de 33 centímetros, y logró introducirlos en la Prefectura, tras lo cual perpetró con gran violencia su ataque durante un recorrido de siete minutos.


Durante ese día, intercambió hasta 33 mensajes de carácter exclusivamente religioso con su mujer, con frases como “Allahu Akbar”. La cifra pudiera ser indicativa de la premeditación del atentado: los rosarios musulmanes, que tienen 99 borlas en alusión a los 99 nombres de Allah, cuentan con una modalidad reducida de 33 borlas (la suma de 33 + 33 + 33 hacen 99). Por lo que es significativo la coincidencia del número 33, tanto en el largo del cuchillo como en el número de mensajes enviados a su mujer.


Las investigaciones han revelado que el terrorista había dado su aprobación en el pasado a ciertas exacciones cometidas en nombre del Islam e igualmente había decidido cortar cualquier contacto con las mujeres, cambiando su forma de vestir. Justificó ante un compañero el atentado contra la revista satírica Charlie Hebdo en 2015. Mantenía contactos con individuos pertenecientes al movimiento extremista salafista. Es decir, que nos encontramos ante unos indicios de radicalización que no fueron detectados por ninguno de sus compañeros, los cuales no supieron interpretar las señales.


Se le encontraron también dispositivos de CD-ROM con imágenes de propaganda del "Estado Islámico" e información sobre elementos del cuartel general de la Policía, que era el objetivo. El Daesh admitió que el terrorista tenía publicidad de su banda y presentó el atentado como consecuencia de la acción propagandística para radicalizar a musulmanes (lobos solitarios).


Londres (Inglaterra): 29 de noviembre de 2019


Un ex convicto de 28 años condenado por terrorismo llamado Usman Khan llevó a cabo un ataque terrorista en el Puente de Londres que dejó un hombre y una mujer muertos y cinco heridos, algunos de ellos de gravedad, antes de ser abatido a tiros por la Policía.


En el momento del atentado, portaba un cuchillo de grandes dimensiones y un chaleco explosivo falso. Era conocido por la Policía y estaba vinculado a grupos terroristas islamistas.


Los hechos tuvieron lugar alrededor de las 13:58 hora local en una de las arterias de la capital (Puente de Londres) justo en un momento de máximo tránsito. Fueron varios ciudadanos quienes inmovilizaron al atacante, a pesar del riesgo que ello suponía para su propia seguridad. Algunos de esos ciudadanos eran ex-presidiarios y estaban en Fishmonger´s Hall, asistiendo a una conferencia de la Universidad de Cambridge sobre rehabilitación de presos, la misma en la que había estado presente momentos antes del ataque el terrorista.


Tres agentes que llegaron posteriormente al lugar de los hechos, de forma prácticamente inmediata, retiraron cómo pudieron a los ciudadanos, particularmente a uno de ellos que se encontraba encima del terrorista, antes de disparar al agresor en dos ocasiones ocasionándole la muerte. Los ciudadanos utilizaron un extintor y un palo largo para contener al yihadista.


El Daesh reivindicó posteriormente el atentado. Hay que tener nuevamente en cuenta el hecho de que el terrorista ya estaba fichado por la Policía, así como que Inglaterra había rebajado al mínimo el nivel de alerta antiterrorista. También se vuelve a repetir el patrón, de atentar a pocos días de unas elecciones (el 12 diciembre de 2019 estaban previstas las elecciones al Parlamento Británico).



En 2020, a pesar de la actual crisis sanitaria debido a la COVID-19, el terrorismo ha seguido con su actividad

Londres (Inglaterra): 2 de febrero de 2020


El atentado se produjo un domingo sobre las 14:00 horas. El terrorista, que iba provisto de un machete y varias latas de metal adheridas a su pecho (aparentando un falso explosivo), inició el ataque en la calle principal de Streatham High Road. Entró en una tienda y apuñaló a varias personas, abandonando el establecimiento seguidamente y volviendo a hacer uso del mencionado machete ya en el exterior contra una mujer.


Las Fuerzas de Seguridad que atendieron inmediatamente el incidente, abatieron al autor de los hechos. Posteriormente se pudo comprobar que se trataba de un joven de 19 años de edad identificado como Sudesh Amman, el cuál ya había sido encarcelado el pasado año por cargos de terrorismo que él mismo admitió, basados en la diseminación y obtención de información para cometer actos terroristas. Se encontraba en libertad, bajo vigilancia.


En el registro de su domicilio se recuperó una libreta donde quedaba clara su fascinación por morir en nombre del terrorismo; así como se comprobó que había compartido en un grupo familiar de mensajería instantánea una revista de Al-Qaeda con la leyenda “El Estado Islámico llegó para quedarse”, además de pedirle a su novia que “matara a sus padres incrédulos”.


Cabe destacar que es el segundo atentado que sufre el Reino Unido desde que redujese su nivel de alerta terrorista de severo (donde estaba desde 2014) a sustancial, en noviembre de 2019.


Cómo podemos volver a ver, el terrorista tenía antecedentes penales, habiendo pasado por prisión y estaba en situación de vigilado por su relación precisamente con actos terroristas, repitiéndose las fallas a nivel de seguridad con una indeseable frecuencia.

Romans (Francia): 4 de abril de 2020


El ataque se perpetró un sábado poco antes de las 11:00 de la mañana en calles y comercios del centro de la ciudad de Romans-sur-Isére, dejando tras de sí varios heridos por arma blanca y dos fallecidos; un cliente de una carnicería y un comerciante.


El agresor, identificado como Abdallah A. O., un sudanés de 33 años, iba armado con un cuchillo y gritó “Allahu akbar” antes de cometer los asesinatos, así como recitó en árabe la Shahada, la profesión de fe islámica (No hay más Dios que Alá y Mahoma es su profeta).


Todo comenzó en un estanco donde agredió a los dos responsables del establecimiento con un cuchillo propio que luego dejó en la calle. Posteriormente, entró en una carnicería en la que sustrajo otro cuchillo saltando por encima del mostrador, clavando el arma mortalmente a un cliente, siguiendo su recorrido por las calles. Degolló al propietario de una cafetería delante de su pareja y de su hijo de 11 años de edad, para continuar por la avenida atacando a los viandantes que se encontraba a su paso, siendo finalmente detenido por la Policía sin oponer resistencia.


Debido al confinamiento por la crisis sanitaria de la COVID-19, las calles se encontraban casi vacías, lo que pudo evitar una matanza mucho mayor. En el registro de su vivienda, se encontraron varios documentos con connotaciones religiosas en las que se quejaba de vivir en un país de “infieles” (obtuvo el estatuto de refugiado en el mes de junio de 2017 y un permiso de residencia por diez años en julio del mismo año). No estaba fichado por los Servicios de Inteligencia ni por las Fuerzas de Seguridad.


Nos encontramos, por consiguiente, ante la figura del “lobo solitario”, que pudo tener un proceso de radicalización exprés y cuyo deber de confinamiento por la aplicación del estado de emergencia sanitaria hizo que consumiera mucha más propaganda yihadista de lo habitual. Desde luego, tuvo demasiado tiempo para buscar información al respecto.


Llama la atención de que en el momento de su detención no opusiera resistencia, ya que normalmente llegan hasta las últimas consecuencias, asumiendo su muerte como única opción. No obstante, los policías que intervinieron en su detención manifestaron que cuando estaban efectuando la misma, el terrorista les gritaba que lo mataran.


Colombes (Francia): 27 de abril de 2020


Todo sucedió un lunes, alrededor de las 17:35 horas, cuando el agresor se lanzó con su coche (BMW de color negro), contra un dispositivo de control de tráfico realizado en el casco urbano de Colombes, compuesto por dos automóviles de la Policía Municipal y dos motocicletas de la Policía Nacional. Atropelló a tres agentes que fueron arrollados violentamente, hiriendo de gravedad a uno de ellos.

Fue detenido rápidamente y en el registro posterior del vehículo se localizó un cuchillo y un manuscrito en el que afirmaba entregarse “en cuerpo y alma a la batalla para imponer la Sharía (ley islámica) en el mundo entero”.

El autor fue identificado como Youssef T., de 29 años de edad, de nacionalidad francesa y vecino de Colombes. No estaba fichado por los Servicios de Inteligencia, aunque sí tenía antecedentes por delitos comunes.

Como el del caso anterior descrito, de la localidad de Romans, podría haber experimentado un proceso de radicalización exprés, todo ello con el Daesh como referente, organización terrorista a la que le había jurado lealtad. Buscó un objetivo que, a pesar del confinamiento, sabía que hallaría en las calles: agentes de Policía.



Conclusión

Finalizando el artículo que nos ocupa y extrayendo una conclusión del mismo, podemos afirmar que la amenaza terrorista a día de hoy está muy presente, y es por ello que debemos seguir realizando un trabajo amplio en el ámbito de la prevención.


Se hace necesario continuar con las señales de alarma activadas para dar una respuesta eficaz en caso de que un hecho terrorista aconteciera por un lado, y con las medidas de autoprotección para minimizar en lo posible sus consecuencias por otro.



 

El autor, Daniel Rodríguez Castillo, es responsable del Grupo Operativo de Apoyo y Prevención (G.O.A.P.), de la Policía Local de Los Barrios (Cádiz); Máster en fenomenología terrorista y prevención epidemiológica por la Universidad de Granada. Máster en Protección Civil y Gestión de Emergencias (Universidad de Valencia). Colaborador de la Red SAFE WORLD desde diciembre de 2019.

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