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La pandemia medioambiental

Actualizado: 23 abr 2021

Con el coronavirus casi nos olvidamos de la contaminación medioambiental. Y no pensemos que debido a las restricciones de movilidad ha disminuido.

Río contaminado de basura
La basura contamina el agua potable

En España, en la mayoría de las zonas rurales, los ríos y lagos se hallan en un estado lamentable. Creemos que en el campo todo es aire fresco, sin la basura típica de las ciudades pero los desechos descontrolados están alterando el ecosistema.

Las aguas subterráneas, en las que se tenía puesta una gran esperanza, corren riesgo de deteriorarse de forma irreparable. Un reciente estudio del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico de España muestra unos resultados alarmantes: casi la tercera parte de las aguas subterráneas y la mitad de todas las de superficie son de mala calidad. La concentración de nitratos en algunos municipios supera los 50 mg/L lo que convierte al agua corriente en no apta para el consumo humano. Esos contaminantes proceden, en su mayor parte, de la agricultura y ganadería industriales.


La Comisión Europea advierte a España que de no reducir los nitratos en las aguas subterráneas será sancionada.

Luego tenemos el parque móvil que sigue usando combustibles fósiles en su gran mayoría emitiendo, por lo tanto, grandes cantidades de anhídrido carbónico. Y no parece que vaya a ser sustituido el petróleo en los próximos años, es más, se continúa buscando reservas con fruición. Empleando incluso nuevas técnicas como el “fracking”, por la que se inyecta una mezcla de agua y ciertos componentes químicos, a presión, en las burbujas de aire dentro de la tierra rocosa en la que tras una prospección se sabe o sospecha que pudiera haber petróleo.


Ese cañonazo de agua y sustancias químicas abre una hendidura que permite llegar a la burbuja y extraer el petróleo (o gas natural, puesto que sirve para ambos). El problema con el fracking es que, en ocasiones, el agua contaminada que se usa llega a las fuentes subterráneas de agua corriente contaminándola a su vez. Sin embargo, afecta principalmente al resto de Europa (y otros continentes), no a España donde no hay yacimientos petrolíferos. El oro negro que se consume en el País, en sus distintas elaboraciones, proviene del exterior.


Si sale adelante la Ley de Cambio Climático y Transición Energética (si la refrenda el Senado), las compañías petroleras se verán seriamente afectadas pudiendo peligrar miles de empleos. El Gobierno considera que lo que se pierda por un lado se emplearía en otro, como es la rehabilitación de viviendas para adaptarlas a las energías renovables.



Fomentar el autoconsumo y ahorro energéticos

En las áreas urbanas hay millones de viviendas que pudieran modificar su estructura para que obtuvieran la certificación de sostenibilidad en edificación. Se trata de intentar que se consuma menos energía cambiando puertas, cristales, ventanas, fachadas, calderas, los ascensores, etc.


Según el BPIE (Buildings Performance Institute Europe) los inmuebles de España dejan mucho que desear en materia de eficiencia energética. ¿Cómo es posible que un País como el nuestro, con tantas horas de sol, no aproveche mejor la energía del astro rey? En cambio, los Países nórdicos, con menos posibilidades en ese aspecto, obtienen un mayor beneficio de la energía solar que España.


Las principales compañías eléctricas españolas ya están apostando por la construcción de grandes centrales fotovoltaicas para aprovechar la energía solar, pero no porque de repente hayan desarrollado una concienciación climática, sino porque ven, con preocupación, que su negocio puede resentirse seriamente.


Si se expande la costumbre de instalar paneles solares en las casas, reduciendo el suministro eléctrico que les llega de las compañías privadas, éstas pudieran sucumbir. La solución que barajan las empresas eléctricas es aprovechar las subvenciones públicas para construir grandes centrales y vender la electricidad generada a los domicilios. Será a menor coste con lo que sus beneficios se reducirán pero mejor eso a desaparecer.


El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima prevé acondicionar en torno a 300.000 viviendas al año con mejores aislamientos para protegerlas de las inclemencias del tiempo; en su interior se mantendría una temperatura estable, prescindiendo de la calefacción o de los aparatos de aire acondicionado que tanto contaminan. Por otro lado, se quiere generalizar la obtención de electricidad mediante paneles solares.



Ciudades limpias: llegan los vehículos eléctricos

Coche eléctrico recargando
En esta década veremos más vehículos eléctricos

En las ciudades más habitadas y con mayor polución se crearán las ZBS (Zonas de Bajas Emisiones), como la que ya existe en Madrid. Se prohibirá la entrada de los vehículos más contaminantes en esas zonas. Según la OMS, la polución mata cada año en torno a ocho millones de personas en todo el Mundo.


Se obligará a que las compañías automovilísticas fabriquen vehículos que emitan una media de 95 gramos de anhídrido carbónico por kilómetro recorrido (no pueden pasarse de esa cantidad), en los próximos años. El sector automovilístico se está dando prisa para que no le pille el toro y ya están promocionando tanto los vehículos híbridos como los eléctricos.


De momento no resulta rentable el coche eléctrico por lo caro que es para el consumidor medio y por los pocos puntos de recarga eléctrica. El Gobierno español, consciente de ello, les ha dado un amplio margen a las firmas automovilísticas para que "se pongan las pilas", nunca mejor dicho.


Ahora bien, un País como el nuestro, con tanto desempleo, ¿podrá asumir que haya aún más paro debido a que las plantas de ensamblaje de vehículos eléctricos requieren menos personal?


Por otro lado, si al contar con una mayor tecnología, se necesitan ingentes cantidades de litio y cobre, minerales de los que España es deficitaria y además se prohibirá la búsqueda de yacimientos de uranio, gas natural o petróleo en el País, ¿cómo pretende el Gobierno paliar esas deficiencias?


El proyecto “CirCular” puesto en marcha por la Fundación Atlantic Copper en la Provincia de Huelva, de construcción de una planta de reciclaje de RAEE (Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos en desuso), de los que extraer cobre y otros minerales, resulta de lo más interesante y prometedor.


Si además de la iniciativa privada se continúa con las subvenciones públicas, se podrá avanzar en el objetivo de pasarse a la electricidad conseguida mediante energías renovables. Aparte, debe invertirse más en el desarrollo de nuevas fuentes de energía. Una de las más esperanzadoras es la conocida como “hidrógeno verde”.


Toda molécula de agua está formada por un átomo de oxígeno y dos de hidrógeno. Lo que se busca con esa nueva técnica es separar las dos partículas de hidrógeno aplicando electricidad pudiendo convertirse en combustible para vehículos pesados (autobuses, camiones…) o para baterías, prescindiendo así del litio, que España no posee.


Pero para que el hidrógeno verde sea una realidad cotidiana quedan muchos años así que se estimulan, mientras tanto, el gas natural y los biocombustibles. Una incongruencia, ¿verdad? Se aprueba un plan estatal que prohibirá buscar nuevos yacimientos de gas natural en territorio español, pero se incentiva su uso, actualmente, al no haber una alternativa mejor, de momento.


Los ecologistas piden no recurrir al gas natural pues lo consideran muy contaminante, más que el carbón.

Queda, de todos modos, una asignatura pendiente, no solo en España sino en todo el Mundo desarrollado: la cultura del reciclaje. Se trata de otro de los caballos de batalla que mantiene España con la Unión Europea de la que forma parte.


La UE obligaba al País a que los municipios reciclasen, al menos, la mitad de sus desechos, lo que no se ha conseguido. Si la media europea de reciclaje se sitúa en el 46%, en España no supera el 35%. La mayor parte de grupos ecologistas sugieren la idea de recoger los residuos de plástico y reciclables en cada casa para asegurarse de que reciben el tratamiento adecuado.


Otro gran problema es la pandemia urbanística del amianto: el Estado español ultima la Ley de residuos y suelos contaminados que obligará a los ayuntamientos a inspeccionar todos los edificios locales para señalar los que contengan amianto y proceder paulatinamente a su retirada. Según la Organización Mundial de la Salud, cada año se diagnostican en territorio europeo miles de nuevos enfermos de patologías derivadas de la exposición al amianto.


Por último, la deforestación: si continúa la tala de árboles ilegal (no controlada), disminuirá la biodiversidad y habrá más sequía ya que los árboles atraen las nubes de lluvia. Por otro lado, si no se imponen mecanismos de prevención de incendios más efectivos que los actuales, el mercado de la silvicultura corre un gran riesgo de desaparecer y con el mismo decenas de miles de puestos de trabajo. El 43% del territorio de la Unión Europea son bosques que capturan el 8,9% del dióxido de carbono que generan los Países miembros.

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