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Ucrania: mientras dure la guerra (la trampa)

Actualizado: 20 oct 2023

Bajmut se ha convertido en la "Numancia" ucraniana en una guerra que amenaza con no terminar nunca

Periódico en el que se lee (en inglés): "El Mundo cambiará ahora"
El Mundo cambiará, sin duda

Las tropas rusas continúan su incesante asedio sobre la ciudad ucraniana de Bajmut, en la Provincia de Donetsk, autoproclamada República Popular y afín a Moscú desde antes de la guerra. Los prorrusos huyeron cuando el ejército ucraniano tomó posiciones, las mismas que intenta defender ante el avance ruso.


La resistencia ucraniana puede mantenerse por tiempo indefinido mientas Occidente la sostenga pero el daño está siendo inmenso y no solo para los ucranianos.


Los efectos de la guerra pueden notarse a mucha distancia.


En el presente post veremos cómo se está usando la excusa de la guerra para justificar la fabricación de armamento y por qué puede afectar de modo dramático a un continente lejano como es África.


Índice:


Bajmut: la Numancia ucraniana (cuestión de honor)

Bandera de Ucrania con soldado de fondo gritando
La batalla de Bajmut pareciera interminable

El presidente Zelenski aspira a unirse a la OTAN, lo que considera más probable desde que Lituania (país miembro de la Alianza Atlántica) le ha invitado a formar parte de ese selecto club. Es un acto simbólico porque tendría que ser aceptado por los otros 29 miembros de la Alianza y no todos están por la labor.


A los habitantes de Bajmut, lo de pertenecer a la OTAN les trae sin cuidado ya que saben que si se produjera la adhesión tardaría meses en materializarse. Es un tiempo que tal vez no tengan pues su ciudad está soportando lo indecible por continuar unida al Estado ucraniano.


El río Bajmutka es la frontera improvisada entre Rusia y Ucrania en Bajmut

Las tropas rusas se afanan en conquistar la estación de ferrocarril para eliminar una de las vías de suministro que les quedan a los soldados ucranianos, una vez cayó la carretera principal que lleva a la ciudad.


Los vehículos blindados de todo tipo llegan tanto por parte de Ucrania como de Rusia. No es un punto estratégico clave pero el orgullo de unos y otros está en juego por lo que Ucrania intenta mantener la ciudad mientras las tropas rusas aspiran a la conquista total.


La batalla de Bajmut dura ya muchos meses, resistiendo como aquella legendaria Numancia hispana que, en el siglo II a.C., aguantó el acoso de las tropas romanas. Los habitantes soportaron un asedio de trece meses lo que ha pasado a la Historia universal como símbolo de resistencia.


Las agencias de noticias de Rusia y Ucrania difieren, como es lógico esperar, con respecto a sus respectivas informaciones acerca de la situación en Bajmut. Para los rusos, la ciudad está prácticamente conquistada. Para los ucranianos, aún mantienen un 40% de la ciudad en sus manos.


En el siguiente vídeo vemos a Denis Pushilin, el gobernador ruso de la Provincia de Donetsk, condecorando a mercenarios del grupo Wagner, por su valor en la batalla de Bajmut:

El ejército ruso es ayudado por los mercenarios del grupo Wagner, conquistando edificio por edificio, en un lento avance. Si toman un hotel o una iglesia es celebrado como un gran triunfo ya que les permite usarlos como almacenes y/o refugios.


Bajmut es un ejemplo de cómo continúa la guerra incluso en zonas en las que una retirada a tiempo supondrá menos bajas mortales, pudiendo reorganizar las fuerzas para el contraatque. Sin embargo, la lucha continúa, con lo que conlleva en pérdidas humanas.


¿Acaso la consigna es que la guerra no cese, dando igual la excusa?



Rusia considera el territorio conquistado como propio

Puente de Crimea
Rusia calificó el ataque al Puente de Crimea como atentado terrorista ucraniano

Crimea fue el primer territorio anexionado por Rusia. Es donde se encuentra la base naval de la Flota del Mar Negro. Su conquista se produjo en 2014 y desde entonces nada ha podido hacer Ucrania por recuperarla ya que está fuertemente protegida.


El recién llegado al poder en Brasil, Lula da Silva, que ya fuera presidente anteriormente, y por lo tanto conocedor de cómo funciona el Mundo, le ha pedido a Zelenski que mire por su pueblo. Debiera estar dispuesto a renunciar a Crimea si con ello los rusos se contentan y termina la guerra, dice el mandatario brasileño.


La contestación del Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania no se hizo esperar, argumentando que su País “no comercia con sus territorios”.


El presidente ucraniano solo considerará la paz cuando la Península de Crimea sea de nuevo ucraniana, lo cual es bastante improbable.


Ya tenemos una segunda irracionalidad: Crimea lleva siendo rusa nueve años pero ahora se incluye como requisito indispensable para conseguir la paz. De acuerdo que fue un territorio anexionado de modo ilegal, pero ¿de veras no hay lugar para la negociación?


Una opción interesante sería ofrecer a Rusia que la ciudad de Sebastopol, en cuya base naval se halla anclada la Flota del Mar Negro, cuente con un régimen de Gobierno autónomo y doble nacionalidad, dejando el resto de Crimea bajo control ucraniano.


Cuatro son las Provincias en las que las Fuerzas Armadas rusas se han asentado: Jersón, Zaporiyia, Donetsk y Lugansk. En 2014 se celebró un referéndum popular en el que las dos últimas decidieron separarse de Ucrania pero no fue reconocido ni por el Gobierno de Kiev, ni por la Unión Europea (tampoco EEUU).


Si se hubieran enviado observadores internacionales garantizando los resultados de las consultas separatistas, es muy probable que no hubiera guerra hoy en día. Un resultado adecuado que evita dividir la población y por lo tanto los conflictos es que la opción ganadora sea respaldada por dos terceras partes de los votantes.


En la actualidad, la guerra lo está destruyendo todo, porque no se llegó a un acuerdo razonable. Se observa como en las ciudades ya conquistadas por Rusia se reconstruyen infraestructuras, actuando las autoridades puestas por Moscú como si esos territorios fueran ya rusos al cien por cien.


Para los nuevos "gobernadores", los combates son atentados perpetrados por Ucrania en suelo ruso. La misma calificación le dan al sabotaje llevado a cabo por grupos reducidos de la resistencia paramilitar ucraniana.


Para el Kremlin, en el momento que esas zonas ya son parte de Rusia, no dicen estar luchando contra un enemigo en una guerra que los rusos iniciaron, sino que llaman a Ucrania "Estado terrorista".


Desde Moscú se excusan, afirmando que si no se han repuesto los servicios públicos para los ciudadanos se debe a esos actos terroristas ya que el Gobierno ruso se afana en volver a la “normalidad”. Es el modo de transmitir a los ciudadanos de esas Provincias ocupadas la nueva realidad: forman parte de Rusia.


Incluso ya han autorizado a que los clubes deportivos del Este de Ucrania que se hallen en territorio bajo dominio ruso pueden participar, si lo desean, en las distintas competiciones de la Federación de Rusia.


Putin asegura que luchará contra el crimen organizado y el narcotráfico como no lo hicieron las autoridades ucranianas que considera corruptas y fascistas. Para Moscú, las potencias occidentales favorecen la criminalidad en los territorios ocupados.


Los gobernadores prorrusos se afanan en dejar claro que los agresores son los ucranianos, no los rusos

Los muertos y heridos que provocan los bombardeos de la artillería ucraniana sobre Donetsk, son “vendidos” por el alcalde prorruso de la ciudad, en su canal de Telegram, como perpetrado por nazis ucranianos.



Acusaciones mutuas entre Rusia y Ucrania

Dos grupos enfrentados de personas en relieve, cada uno con los colores de sus Países (Ucrania y Rusia)
Dos pueblos hermanos enfrentados porque sus respectivos líderes no supieron dialogar

Cierto que el Gobierno ruso merece toda desaprobación, no solo por la invasión de Ucrania sino por el comportamiento de sus tropas en ese País. Bombardean las ciudades durante la noche para que los ciudadanos no puedan descansar ni un solo momento.


La urbe más castigada (aparte de Bajmut) está siendo Zaporiyia, donde mueren niños incluso, como en el resto del País. La artillería y aviación rusas no se preocupan por destruir solo objetivos militares, sino que sus misiles se dirigen también a objetivos civiles.


El gobernador ruso de Zaporiyia, Vladimir Rogov, dice que los terroristas son los ucranianos que incluso atentan contra objetivos de alto riesgo como la central nuclear.


En su cuenta de Telegram, Rogov afirmó que impidieron un ataque con un dron ucraniano que se dirigía a la central pero que consiguieron derribar antes de alcanzar su objetivo


Por su parte, Putin aprovecha cualquier ocasión para culpar a los Estados Unidos de la actual situación, como en la entrega de credenciales a la nueva embajadora de EEUU en Rusia, Lynne Tracy. El presidente ruso le ha dicho a la diplomática que si su País no hubiera apoyado la “revolución de Maidán”, en 2014, no hubiese habido guerra.


En la revuelta popular conocida también como "Euromaidán", se derrocó al entonces presidente ucraniano, Viktor Yanukovich, que era un títere de Moscú.


Ahora bien, ¿sirvió de algo esa movilización de hace años? ¿Trajo más libertad a los ucranianos? No mucho puesto que el País ocupa el puesto 89 en el índice de libertad humana elaborado por el Cato Institute (EEUU) y el Fraser Institute (Canadá).


La propia OTAN insta al Gobierno ucraniano a que siga combatiendo la corrupción interna como requisito indispensable si aspira a formar parte de la Alianza Atlántica. Debe también ejercer una mayor protección de los derechos civiles, alguno de los cuales siguen cuestionados en ese País. Se lo dijo a la cara el mismísimo secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, al ministro de exteriores de Ucrania, Dmitro Kuleba.


Rusia no es un ejemplo a seguir puesto que se halla en el puesto 109 del listado de libertades civiles. Así que lo que le soltó Putin a la embajadora de EEUU es una más de sus necedades a las que nos tiene acostumbrados.


Para Zelenski, la paz ha de pasar por un juicio internacional a Putin como criminal de guerra, por auspiciar las atrocidades de sus soldados en territorio ucraniano: campos de concentración donde recluyen a presos, violación sistemática de mujeres o el secuestro de niños.

Un hombre con niño en brazos, de espaldas, junto a un edificio derruido con la bandera de Ucrania
Los niños sufren traumas que les perseguirán de por vida

Vasili Nebenzia, embajador de Rusia ante la ONU, ha desmentido a Zelenski diciendo que son viles mentiras las acusaciones hacia las tropas rusas en Ucrania. Con respecto a los niños supuestamente secuestrados dijo que son tan solo una veintena que fueron evacuados por su seguridad.


Según Nebenzia, no se les ha prohibido a las familias de los niños sustraidos que mantengan contacto con ellos, garantizándose su buen estado físico y emocional. El objetivo es que, cuando las condiciones sean óptimas, puedan volver a juntarse con sus parientes, pero es una burda justificación que no convence a nadie.


No hay excusa para que, transcurrido más de un año, esos niños sigan separados de sus familias.


En Ucrania denominan "Ángeles Blancos" a los militares encargados de evacuar a los niños en la Provincia de Donetsk antes de que las tropas rusas les secuestren si consiguen avanzar.


Los soldados ucranianos se los llevan en vehículos blindados, lejos del frente y acompañados siempre de sus padres o uno de ellos (o un tutor designado por los mismos).


Cuando el embajador Nebenzia dio sus pobres argumentos ante las Naciones Unidas, los representantes del Reino Unido, Albania, Malta y EEUU abandonaron la asamblea.


El presidente ucraniano sueña con ver a Putin sentado en un banquillo respondiendo por horribles crímenes de guerra como el bombardeo de la estación de ferrocarriles de Kramatorsk: 59 civiles que esperaban ser evacuados resultaron muertos en un claro atentado contra los más elementales principios de la Convención de Ginebra.


La estrategia de Zelenski para conseguir la paz es denunciar la brutalidad de las tropas rusas para que la comunidad internacional retire el apoyo que aún le queda a Putin y éste decida retirar sus tropas al verse sin respaldo ninguno.

A todo lo anterior mira Vladimir Putin divertido porque continúa siendo fuerte en el interior de Rusia, que es lo que más le interesa al presidente ruso. Sus incondicionales apoyan que siga en el poder, como Ramzán Kadírov, jefe de la República rusa de Chechenia.


Kadírov anima a las tropas ucranianas a continuar luchando para de ese modo caer más “trofeos” en manos del ejército ruso en su avance hacia la victoria final. Con los trofeos se refiere a la incautación del armamento y material bélico que los soldados ucranianos dejan atrás cuando son vencidos en combate.



Putin, el gran dictador

Cabecera de una manifestación  con alguien mostrando un dibujo de Putin con una corona tachado con el símbolo de prohibido el paso
Manifestación contra Putin

En realidad, el conflicto ucraniano es un episodio más de la Segunda Guerra Fría que vivimos, con los mismos actores enfrentados que en la primera: Estados Unidos y Rusia.


Se vuelve a prácticas que habían quedado en desuso como detener y expulsar a periodistas acusados de ser espías. Es lo que le ha sucedido a Evan Gershkovich, corresponsal en Moscú del Wall Street Journal.


Ya no es el KGB el que persigue agentes secretos sino el FSB (siglas en ruso del Servicio Federal de Seguridad).


El Código Penal ruso condena con hasta veinte años de prisión el delito de espionaje, siendo condenado el arresto de Gershkovich por muchos periodistas independientes rusos.


A Putin se la trae al pairo lo que la prensa diga de él, tan solo le basta con censurarla si le resulta demasiado molesta y solucionado. Lleva haciéndolo desde que asumió el poder hace casi un cuarto de siglo. Se alterna en los más altos cargos con colegas suyos, pero siempre ha sido él quién mandaba de facto.


Putin no engaña a nadie: es un dictador que censura la libertad de expresión, incluso si procede de una niña que realiza dibujos contra la guerra.

Dibujo con mujer e hija de una mano y con la otra pidiendo que no lancen misiles desde Rusia
Dibujo de Masha Mokaleva

Masha, hija de Alexei Moskalev, de nacionalidad rusa, hizo el dibujo anterior en 2022, llamando sus maestros a la Policía. Su padre fue multado y condenado a un arresto domiciliario por difundirlo a través de redes sociales.


Como le esperaba una pena mayor de dos años de prisión (por desacreditar al ejército ruso), Alexei huyo de Rusia, siendo detenido en Bielorrusia, País aliado de Vladimir Putin, sin que se conozca el paradero actual.


Masha fue entregada a su madre (con quién no vivía desde hace años) al serle retirada la patria potestad a su padre.


La disidencia crece y no toda es pacífica: un grupo terrorista que se hace llamar “Ejército Nacional Republicano” es el que ha reivindicado el atentado que le costó la vida a Vladlén Tatarski, un influencer que apoyaba a Putin en su popular blog.



Echar más leña al fuego para mantener el conflicto

Mapa de Europa

La Unión Europea destina ingentes cantidades de dinero a la guerra en Ucrania, de los que una parte busca aliviar la nefasta situación de los ucranianos pero no poco se destina a munición y armas.


Incluso se gasta de los fondos que teóricamente se libraron para la recuperación post-pandemia en asuntos absurdos como la construcción de una valla metálica en la frontera de Finlandia con Rusia, que costará varios millones de euros.


La valla no serviría para frenar una hipotética invasión rusa, más bien es algo simbólico para que los rusos sepan del malestar finlandés por la invasión de Ucrania. También para que tengan claro que su vecino del norte ahora es miembro de la OTAN.


El nuevo muro de alambre se encuentra en una remota zona de Finlandia que suele estar nevada la mitad del año por lo que, como decimos en España: “por allí no pasa ni el tato”.


Las autoridades finlandesas han gastado dinero en algo inútil que bien hubiera podido emplearse en solucionar otros problemas. Si carecen de ellos en Finlandia, Bruselas lo podía haber enviado a cualquier otro País de la UE, ya que a fin de cuentas es dinero de los fondos de recuperación.


No era el momento de incluir a Finlandia entre los aliados de la OTAN: es echar más leña al fuego

Putin, al sentirse amenazado por la Alianza Atlántica, a las puertas de Rusia, le ha comunicado a su socio Alexandr Lukashenko, presidente de Bielorrusia, la posibilidad de desplegar misiles nucleares en su territorio.


Con Finlandia en el noroeste de Rusia, San Petersburgo queda muy cerca del alcance de hipotéticos misiles de la OTAN. El Kremlin, para compensarlo, colocaría misiles en Bielorrusia, quedando en el punto de mira Varsovia y las capitales bálticas.


Una de las Repúblicas Bálticas, Letonia, sintiéndose igualmente amenazada, ha recuperado el servicio militar obligatorio que entrará en vigor a partir de 2024. Algo que se creía ya superado vuelve a la palestra: la militarización de la sociedad europea.


Retrato en blanco y negro de Zelenski
Volodímir Zelenski

Zelenski ha visitado recientemente Polonia y ante una multitud de paisanos refugiados en ese País junto a numerosos polacos, agradeció al Gobierno de Varsovia su apoyo.


Incluso han firmado los dos mandatarios de ambos Países un acuerdo de fabricación de munición en Polonia destinada a Ucrania.


A los que no termina de convencer del todo Zelenski es a los alemanes, a pesar de que éstos le han apoyado (y mucho). Pero el vicecanciller de Alemania, Robert Habeck, ha vuelto a manifestar su rechazo frontal a que la OTAN envíe tropas a Ucrania, como había planteado algún Estado.


El Gobierno ucraniano ha solicitado adiestramiento especializado de Occidente para sus soldados, en el caso de que no se envíe ningún contingente de ayuda. La reserva ucraniana es de unos 40.000 soldados que ya se están entrenando para ser enviados al frente cuanto antes.


Desde los Estados Unidos no contribuyen demasiado a que la paz llegue a Ucrania, con declaraciones como la de Antony Blinken, secretario de Estado (el equivalente a “ministro de exteriores”), diciendo que, si se produce un alto el fuego, Rusia se quedaría para siempre con lo ya conquistado.


El diplomático estadounidense considera que los rusos aprovecharían el territorio ganado para asentar bases militares desde las que atacar de nuevo transcurrido un tiempo en el que se recuperarían. Declaraciones como esa contribuyen a dificultar las negociaciones de paz por la desconfianza que generan.


Por otro lado, el ex-presidente Bill Clinton ha dicho en una entrevista que se arrepiente de convencer al Gobierno ucraniano de mediados de los años 90, cuando él dirigía la Casa Blanca, de que renunciara al arsenal atómico. Ucrania, al independizarse de la URSS en 1991, albergaba armas nucleares en las bases soviéticas que habían quedado en su territorio.


Clinton considera que, de haber mantenido Ucrania ese armamento, Rusia no se habría atrevido a invadirles ya que las armas nucleares causan un efecto disuasorio.


El Congreso de los Estados Unidos ha aprobado un nuevo envío de munición para piezas de artillería junto a sistemas de defensa antiaérea por valor de 2.600 millones de dólares.


Un bando intenta avanzar mientras otro resiste con los suministros de Occidente y cuando éste realiza una contraofensiva, el ejército ruso se retroalimenta y vuelve a la carga, y así llevan meses.


Desde luego no es plan de que deje de llegar el necesario material que proporciona bienestar a los hogares ucranianos. Los civiles son los que más pierden siempre, pero se corre el riesgo de que el conflicto se eternice si no se llega a un acuerdo de paz.


La comunidad internacional se preocupa ya que Ucrania es el granero del Mundo. La guerra está repercutiendo en el precio del trigo y el maíz (un 19% más que en 2022).


Millones de toneladas de cereales están almacenadas en los puertos ucranianos por el bloqueo del Mar Negro. Tal es la producción de grano de Ucrania, con capacidad para alimentar a cientos de millones de personas.


Los accesos por tierra a los puertos están minados. EEUU ha invertido en torno a 91 millones de dólares en medios técnicos para desminar más de 5.600 kilómetros cuadrados que estaban plagados de minas.


En España, el grano que más se importa es maíz, pero cuenta con otros proveedores por lo que la situación no preocupa tanto. No como en África, donde el 95% de los cereales que se consumen proceden de Ucrania.


Así que tenemos un efecto muy preocupante de la guerra, en el caso de que continúe: la posible hambruna en África. En el resto del Mundo, una inflación insostenible.


La Inteligencia británica sospecha que el Gobierno ruso emitirá bonos de deuda pública externa ya que Moscú prevé que la guerra durará bastante.


Los presidentes de China y Francia, que recientemente se reunieron en el primer país, han manifestado su intención de contribuir en todo lo que sea posible para llegar a un acuerdo definitivo de paz. Han condenado de modo conjunto los ataques a centrales nucleares.


Mantienen su compromiso de hacer todo lo que esté en su mano para evitar que se llegue a una guerra nuclear, lo que en 2022 acordaron junto con Estados Unidos, Gran Bretaña y la propia Rusia.


Ahora bien, Washington no cesa de amenazar a China (como lo hace también Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN), con sanciones muy serias si envía material militar letal a Rusia. Lo dicen quiénes no dejan de enviar armamento a Ucrania.


¿Cómo es posible que en pleno siglo XXI la diplomacia falle de modo tan estrepitoso? Da la impresión de que no haya interés en conseguir la paz en un futuro próximo.


El Gobierno español tendrá la enorme responsabilidad de decidir el camino que debe seguir la Unión Europea con respecto al conflicto ucraniano pues presidirá la Comisión Europea en el segundo semestre de 2023.



¿A quiénes beneficia la guerra en Ucrania?

Dibujo de tanques ucraniano enfrentados

A Rusia no, desde luego. Para Putin es ya una cuestión de honor. Ha movilizado decenas de miles de soldados para una guerra que creía se resolvería en cuestión de días y lleva más de un año. Sigue con la guerra porque su orgullo está herido, pero está llevando a su País a la ruina, no dándose cuenta de que ha caído en una trampa muy bien orquestada.


El Kremlin acusó a la OTAN (y USA) de intentar acorrarlarles pero no es un cerco propiamente dicho puesto que la expansión de la Alianza Atlántica solo afecta a su frontera occidental.


Una bravuconada de Vladimir Putin que, mal asesorado, creyó disuadir a EEUU y sus aliados europeos si invadía Ucrania, colocando a un títere en su capital, Kiev. Pero no solo no ha sucedido sino que los ucranianos les han plantado cara.


Ucrania resiste porque recibe ingentes recursos de los Estados Unidos y sus aliados europeos, pues de lo contrario, la guerra hubiera terminado hace muchos meses.


Sin duda, la nación más beneficiada es la de los Estados Unidos, cuyo papel hegemónico mundial estaba siendo cuestionado. No significa que hayan planeado una deleznable guerra, con miles de muertes y destrucción generalizada, como dicen los críticos habituales de la superpotencia, pero es evidente que es la que más réditos está obteniendo del conflicto.


Se llegó a plantear la desaparición de la OTAN, una extensión del poder militar norteamericano, por carecer de enemigos con la caída de la Unión Soviética. Sin embargo, a raiz de la guerra en Ucrania incluso se está ampliando con nuevos miembros, como Finlandia y próximamente Noruega y Suecia.


El ahogo económico de la U.E. debido a la crisis energética derivada de la guerra ha dado al traste con la pretensión de Alemania y Francia de crear un ejército europeo, desvinculado de la Alianza Atlántica. Ya nadie aboga por ello sino por reforzar la OTAN.


Por otro lado, EEUU se ha convertido en el principal proveedor de hidrocarburos de Europa y medio Mundo debido al boicot a Rusia, que antes era el País del que dependía la UE en ese aspecto y con el que nunca tuvieron problemas.


El precio del crudo y el gas eran más económicos con Rusia que con los proveedores actuales de Europa.


Ni que decir tiene que el aumento del presupuesto militar de todos los Países europeos (y de otros continentes) a propósito de la guerra en Ucrania y de amenazas derivadas de la misma, también beneficia a los Estados Unidos. Su industria bélica es la más potente del Mundo, pero se estaba quedando sin clientela. Desde hace meses, el beneficio de las empresas armamentísticas norteamericanas ha aumentado de modo espectacular.


Si las fábricas de armas y material de guerra, las compañías de hidrocarburos y las de reconstrucción estadounidenses tienen tanto trabajo, con numerosos contratos y beneficios enormes, el desempleo baja en USA, y eso siempre es bueno para la estabilidad nacional.


Washington quiere convertir en nuevo eje del mal al que han formado Moscú y Pekín, pero lo cierto es que China, por muy descomunal que sea su economía, no pondrá en riesgo lo que ha logrado favoreciendo una guerra.


Al autócrata Partido Comunista Chino, de momento, no se la han colado por lo que no arriesga su posición con respecto al conflicto ucraniano. En cambio, Putin, como buen dictador con aires imperialistas, sí que ha caído en la trampa de la provocación.


Los archivos filtrados en febrero y marzo de 2023 (colgados en redes sociales y/o compartidos en servicios de mensajería instantánea) con información sensible de la estrategia de los Estados Unidos en asuntos internacionales, hablan sobre Ucrania, el grupo Wagner, China y otras cuestiones internacionales.


En uno de los archivos digitales se dice que Washington presionó al Gobierno surcoreano para que enviara armas a Ucrania, lo que han desmentido ambos.


En cualquier caso, el Departamento de Justicia está investigando el origen de la filtración mientras que el Pentágono habla de campaña de desinformación.


Se enfrentan hermanos, o quienes antes eran amigos, en una guerra sin sentido, como lo son todas, porque la diplomacia falló en favor de ocultos intereses, pero aún hay tiempo para la razón. Claro que debieran ser distintos personajes quiénes la busquen.


Putin y Zelenski se odian por lo que no cederá ninguno ya que anteponen su prestigio internacional al beneficio de sus compatriotas.


Lo ideal sería un cambio de régimen tanto en Rusia como en Ucrania, para tener una mínima oportunidad para la paz. Pero los poderes que sostienen tanto a uno como al otro los mantendán en sus puestos mientras les sean útiles, así que nos queda guerra por delante.


Mientras, en Bajmut, con la que abríamos el post, continúan luchando ajenos a todas estas disquisiciones, porque así se lo han mandado. La deserción es duramente castigada en ambos bandos.


¿Os imagináis que los soldados de los dos ejércitos enfrentados en Bajmut se sentaran a hablar? Es la batalla más larga de la guerra en Ucrania.


¿Qué ocurriría si compartieran los escasos recursos que les quedan? Por ejemplo, que decidieran que pueden convivir en la ciudad por la que luchan tan encarnizadamente. ¿Creéis que sus respectivos mandos, allá en sus cómodos despachos, les respaldarían?

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