No contó con el poder de las redes sociales, a diferencia de Zelenski
La idea del Kremlin es hacer creer a la opinión pública internacional que desde Kiev impiden que muchos de sus ciudadanos se unan a Rusia, cuando es lo que desean, y que esa es la verdadera razón de la guerra. Putin se muestra al Mundo como el valedor de los derechos de esos hombres y mujeres que quieren ser rusos y que viven en Ucrania sojuzgados.
En sus tiempos de espía del KGB, bajo el tipo de régimen político que él anhela recuperar para Rusia, las protestas se acallaban y nadie volvía a saber nada de los disidentes. Pero hoy en día se hacen virales en Internet por lo que no pueden ocultarse, todo lo contrario, se expanden con más fuerza y rapidez.
Así que las mentiras de Putin no tienen calado y asegurar que va a la guerra para defender las fronteras del País contra los “nazis” ucranianos no cuela.
Sobre todo, cuando se difunden vídeos por la Red de los horrores auspiciados por las tropas rusas, como las fosas multitudinarias que encuentran los soldados ucranianos en su avance recuperando territorio. El gobierno ruso lo desmiente todo diciendo que con campañas difamatorias.
Si son defensores de las libertades de los ucranianos prorrusos, ¿cómo es que no defienden los derechos humanos entre sus conciudadanos rusos? Y es que en Rusia no hay libertad de expresión, con una censura atroz en los medios de comunicación o entre formaciones disidentes, so pena de prisión a quiénes protesten contra la política gubernamental (quince años advierte la Fiscalía rusa).
Zelenski está ganando la guerra en las redes sociales
Como buen actor y experto en comunicaciones, Volodímir Zelenski está vapuleando a Putin en las redes sociales, dándose cuenta, desde un principio, de lo importante que era mantener su imagen en Internet de País agredido de forma salvaje e irracional.
Zelenski ha desplegado una intensa campaña desde su residencia mostrando las atrocidades de las tropas rusas.
Putin ha reaccionado tarde por lo que ahora se ve obligado a tirar de los reservistas. Para tranquilizarles, el Kremlin les dice que en Ucrania se han producido menos de 6.000 muertes, con lo que no son tantas para un ejército de más de un millón de soldados y dos millones en la Reserva.
Moscú reconoce miles de muertes y aún así espera que la ciudadanía se movilice en masa para salvar a la patria de la amenaza occidental, regresando a los discursos de los peores tiempos de la URSS.
Zelenski se ha dirigido también a la población rusa, diciéndoles que dejaron atrás la dictadura comunista, con tanto sacrificio como les supuso, para ahora, por culpa de un nuevo dictador, perder lo conseguido.
Ya no pueden viajar por todo el Mundo sin que les miren con desconfianza, ni sus jóvenes estudiar en cualquier universidad además de ver su economía doméstica en la ruina, como en los tiempos de la Unión Soviética, cuando el País se cerró al Mundo.
El boicot internacional a Rusia ha dado lugar a que no puedan salir de vacaciones a otros Países y que sus empresas vean como se rompen sus acuerdos comerciales con el extranjero.
Se anulan becas de estudio en centros educativos a los que acudían estudiantes rusos como los de cualquier otro País, pero lo peor es que apenas hay vuelos con los que huir ya que se han cerrado muchas líneas aéreas. Es lo que han comprobado quiénes están intentado escapar de esa situación. Ni siquiera quedan ya billetes para Azerbaiyán, Turquía o Armenia, donde no les piden visado a los rusos.
Los ciudadanos de Rusia que trabajan en Finlandia, País miembro de la Unión Europea, se han marchado enseguida para intentar quedarse allí indefinidamente, sin regresar tras su jornada laboral. Habrá que ver cuándo Finlandia cerrará el paso fronterizo ya que la UE ha anulado el acuerdo con Moscú de no pedir visados a los ciudadanos rusos, que estaba en vigor desde 2007.