Y se propagan más rápido que el patógeno
Vivimos en la era del chascarrillo digital. Los bulos inundan las redes sociales y se expanden más rápido que el coronavirus. Las “fake news” abundan por doquier, hasta el punto de que hemos llegado a un momento en el que cuesta diferenciar las noticias falsas de las reales.
El cotilleo es casi una religión: ¿a quién no le gusta una buena historia, aunque sea inventada? Aunque, claro, queda mejor si la adornamos con los típicos “me lo ha dicho alguien que sabe del tema”, “no se lo digas a nadie porque es un asunto delicado” o uno de los que más me gustan: “se les ha ido de las manos, pero no quieren reconocerlo”.
Con frases como las anteriores reforzamos la supuesta credibilidad del bulo y captamos la atención de quiénes nos rodean pero ignoramos que la crisis pasa y que después todo se analizará en profundidad.
Las fake news han venido para quedarse y los servicios de mensajería instantánea ayudan, y mucho, en su propagación. Google, el buscador de Internet más utilizado en Occidente, contiene millones de bulos solamente sobre el coronavirus. La compañía informática ya ha dado instrucciones (o eso dicen) para que su empresa de streaming, YouTube, tome medidas que frene la circulación de las fake news.
Facebook y Twitter aseguran que también buscan las fake para eliminarlas pero el caso es que seguimos viéndolas y además en abundancia. Y es que conocidos influencers se han hecho eco de algunos de estos bulos asegurando que son ciertos lo que ha motivado que los canales mencionados tomen cartas en el asunto.
Las quince noticias falsas más propagadas sobre el coronavirus
Las hay de todo tipo, como que tal o cual personaje conocido se ha contagiado, sin ser cierto o que existen ciertas técnicas caseras para detectar, por nuestra cuenta, si hemos contraído la enfermedad.
También se difunden mensajes de supuestos científicos o médicos que aseguran que la situación es mucho peor de los que nos dicen los Gobiernos y de que empeorará hasta límites apocalípticos. Algunos de estos bulos están muy elaborados, utilizando incluso con membretes o sellos oficiales de organismos públicos para dotarlos de mayor credibilidad.
Vamos ya con las quince fake news más difundidas sobre el coronavirus:
«Si tosemos después de contener la respiración diez segundos es porque el virus ha llegado a los pulmones». Después de tal falsedad se nos recomienda beber agua natural o caldos calientes cada quince minutos para evitar que el patógeno pase de nuestra tráquea a los pulmones. Añade que haciéndolo, el virus llegará al estómago donde los ácidos lo matarán. Evidentemente, es falso. Por otro lado, el único modo de saber si estamos contagiados es mediante una prueba de laboratorio.
«Aviones del ejército del Aire marroquí fumigarán las zonas próximas a las ciudades de Ceuta y Melilla; cerrar ventanas». En otra variedad del mismo bulo se dice que tal o cual Provincia será fumigada por helicópteros militares. Eso no sucederá nunca ya que hay medios menos drásticos y perjudiciales para la población para desinfectar una zona como de hecho podemos ver en lugares públicos.
«Las pruebas para desarrollar tecnología 5G ha causado la pandemia». Una verdadera chorrada de campeonato que nos dice que las ondas electromagnéticas que circulan por el planeta, utilizadas para expandir la tecnología 5G de telefonía e Internet, afectan al organismo humano. No hay nada que sostenga semejante hipótesis y sí muchos estudios que avalan lo contrario: las frecuencias usadas son de tan baja intensidad que están muy lejos de resultar peligrosas.
«Laboratorios británicos buscan voluntarios para que se dejen infectar con coronavirus a quiénes ofrecerán 4.000 euros para poder extraer una vacuna de los anticuerpos cuando superen la enfermedad». Semejante burrada no es cierta, claro está. Para conseguir la vacuna se analiza la secuencia genética lo que permite extraer la carga virulenta del patógeno y crear en laboratorio una réplica no dañina que actúe como remedio. Esto probablemente se tenga para dentro de unos 2-3 meses y después se probará en animales, cuyos ensayos pudieran durar otros seis meses.
«Los asintomáticos no contagian sino que proporcionan anticuerpos que favorecen la inmunidad de rebaño o en masa». De nuevo falso: los asintomáticos, simplemente al hablar, aunque no experimenten síntomas, lanzaran partículas en las que el virus pudiera llegar a personas de su entorno. Son un peligro potencial porque al desconocer que son portadores del virus realizarán una vida normal pudiendo contagiar sin saberlo. Es más, un diez por ciento de la población afectada no desarrolla anticuerpos.
«Aprobado general para todos los alumnos de los diferentes grados de enseñanza por la excepcionalidad de la situación que impide acudir a clases». En ningún momento se ha decidido algo así en ningún País; como mucho, cierta flexibilidad en la entrega de trabajos o aplazamiento de exámenes y prácticas. Continúan las clases en modo online, en la medida de lo posible.
«Las mascarillas provocan hipoxia - falta de oxígeno en sangre -». Es falso ya que las mascarillas no crean un ambiente estanco sino que por los laterales entra aire con lo que también oxígeno que elimina el anhídrido carbónico. Por otro lado, tanto la tela como resto de materiales usados en la fabricación de las mascarillas dejan pasar el oxígeno. No son máscaras antigas (el oxígeno, a fin de cuentas, es un gas). ¿Os imagináis el desconcierto en los Hospitales si las mascarillas quirúrgicas no dejaran respirar como es debido? Su función es filtrar partículas, no impedir la respiración.
«Consumir vitamina C ayuda a combatir el virus». Si bien el consumo de vitamina C es beneficioso para la salud, no se ha demostrado que contribuya de algún modo a frenar la infección del COVID-19.
«Hacer gárgaras con un colutorio que tenga alcohol permite que el virus, al entrar por la boca, no pueda desarrollarse en la garganta y no se extienda por el cuerpo, porque el alcohol lo mata». No hay evidencia de que eso sea cierto, así que es una noticia falsa más. Otra modalidad del mismo bulo habla de beber vinagre. El vinagre puede ser un limpiador efectivo de superficies metálicas o incluso prendas, pero para nada beberlo garantiza que el virus morirá dentro de un organismo infectado.
«Vacunarse contra la gripe en el otoño de 2020 pudiera debilitar el organismo haciéndolo más propicio al contagio por coronavirus por cierto componente». Evidentemente, es falso puesto que las vacunas antigripales de todos los años son muy seguras, están muy vigiladas y en todo caso favorecerán que no estemos débiles por contraer la gripe. Sus componentes son conocidos, no son secretos, así que no hay nada que temer.
«Tomar el sol o darse una ducha caliente es beneficioso ya que el cuerpo sube su temperatura interna lo cual mata al virus pues no puede sobrevivir a más de 27 grados». Otra falsedad, por dos razones: no se sabe aún como evolucionará el virus cuando suban las temperaturas ambientales y porque el cuerpo humano mantiene siempre su misma temperatura interna (salvo cuando hay fiebre), así que da igual que te des una ducha caliente o tomes mucho el sol. Al contrario, pudiera ser contraproducente, porque podemos quemarnos en ambos casos.
«Comer más ajo del que habitualmente podamos ingerir o mezclarlo con agua caliente cura la enfermedad»; es rotundamente falso. Esta fake incluye las cantidades exactas tanto de ajo como de agua hirviendo que debemos ingerir, según la medicina china. Si bien se sabe que el ajo tiene propiedades antimicrobianas, no hay estudio ninguno que demuestre que sea efectivo contra el nuevo coronavirus, además de que el agua muy caliente puede dañar la tráquea.
«La OMS (Organización Mundial de la Sauld) considera contrarios a las leyes los confinamientos domésticos». Nadie de la OMS ha expuesto semejante argumento si bien estiman que no debe ser la principal medida aunque aprueban que mientras se buscan otras soluciones se lleven a cabo confinamientos.
«El consumo de cocaína contribuye a la eliminación del coronavirus». No solo es mentira, sino de una gran irresponsabilidad para quiénes lo difunden, habida cuenta de la dependencia que causa dicha droga. Más parece que se trate de narcos interesados en que se dispare el consumo del producto estrella de su negocio ilícito.
«El coronavirus puede ser infectado por mosquitos». Igualmente falso porque son las secreciones humanas las que lo hacen.
Una persona que difunda estas falsedades por cualquier vía, sabiendo que es mentira, pudiera acabar en prisión varios meses si provoca una situación de peligro o hace creer que existe tal situación movilizando servicios de emergencias o seguridad pública innecesariamente.
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