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Kennedy: ¿caso cerrado?

Los informes que la CIA desclasificó están siendo analizados

Imagen del presidente Kennedy dando discurso
John F. Kennedy

Su mandato fue complicado porque le tocó lidiar con la peor crisis nuclear saliendo airoso.


Sin embargo, fue asesinado manteniendo a fecha de hoy todavía muchas incógnitas.


El fracaso de Bahía de Cochinos, en Cuba, desde donde pretendía invadir la Isla, pasó factura a su popularidad.


Tanto John como su hermano Bobby le echaron la culpa a la CIA, pues el ejército utilizado para la invasión eran combatientes cubanos disidentes adiestrados por la Agencia.


La cúpula militar tampoco estaba contenta con los Kennedy a los que acusaban de ser demasiado blandos con Rusia.


Si tal cúmulo de poderes en contra ya impresiona, además el presidente y su hermano, que dirigía el Departamento de Justicia, sentaron las bases para eliminar la segregación racial con lo que se granjearon otro temible enemigo: el de la oligarquía de los Estados sureños que disgregaba a la comunidad afroamericana.


La CIA lleva desclasificando, desde hace varios años, documentos sobre la investigación en torno al magnicidio.


La implicación de Oswald

Reunión de Kennedy con su gabinete
Se sospechó de un complot institucional

El día 22 de noviembre, circulando con su comitiva por una avenida de Dallas, acompañado de su esposa, en una berlina descapotable, varios disparos le hieren mortalmente.


Se acusó a Lee Harvey Oswald que, desde un edificio próximo, realizó los disparos. Había vivido algún tiempo en Rusia por lo que era seguido de cerca por los servicios secretos, pero antes de que el Mundo supiera algo más al respecto, un mafioso llamado Jack Ruby, que regentaba un club nocturno, acabó con la vida de Oswald cuando salía de una comisaría escoltado por varios agentes.


Al igual que el magnicidio de Kennedy, el asesinato de Oswald fue televisado pues a la salida de la comisaría le esperaban numerosos periodistas.

La teoría conspiracionista estaba servida y todos se preguntaban qué pintaba la mafia en todo este asunto.


La Comisión Warren (por el nombre del juez al que se le encargó) determinó, en 1964, que no había tal conspiración y que sencillamente Oswald planeó y ejecutó el crimen.


Pero en 1979, una nueva investigación, en esta ocasión no de la Corte Suprema sino de la Cámara de Representantes, planteó la posibilidad de que hubieran sido dos los tiradores.


Tengamos en cuenta que el gobernador de Texas, que circulaba también en el vehículo presidencial, en el asiento delantero, fue herido. A no ser que las balas tuvieran vida propia y pudieran cambiar su trayectoria, resultaba imposible que los mismos disparos que hirieron al presidente hirieran también al gobernador.


En 2013, varios periodistas que cubrieron la noticia y que se reunieron de nuevo para recordar su experiencia durante el 50º aniversario de la muerte de Kennedy, comentaban que ya entonces se habló de la posibilidad de que Oswald no muriera.


Se sospechó que todo fue una pantomima, de ahí que fuese importante que lo grabaran las cámaras. Los defensores de la teoría conspiranóica arguteron que varios agentes se llevaron a Oswald herido, comunicando después que ha muerto, pero en realidad nadie vio su cadáver.


Años después, un abogado británico interesado por esta teoría, solicitó que se exhumara el cuerpo, comprobando que el individuo enterrado era Oswald.

 

«Lo que más me preocupa, y también al fiscal general, es contar con algo para convencer al público de que Oswald es el verdadero asesino».

J. Edgard Hoover

 

Hoover, director del FBI en el momento del magnicidio, recomendó a la Policía de Dallas que reforzara la vigilancia de Oswald porque les llegó una información que hablaba de que se planeaba su muerte, pero los agentes de Dallas no hicieron caso.


Lo que sí puede leerse en los documentos ya hechos públicos es la nota que dice que consideraban a Oswald un demente por lo que se le negó que alargara su estancia en Rusia, previa solicitud del propio Oswald, por su inestabilidad. La sospecha de que Oswald era un agente o tenía algún tipo de relación con la CIA continúa muy viva en el imaginario popular.


¿Colaboró la Mafia en el asesinato de Kennedy?

Jack Rubi se dispone a disparar a Oswald

Con respecto a Jack Ruby, el mafioso que mató a Oswald, se sabía que ambos se conocían: en los documentos existe otra nota sobre el testimonio del director del aeropuerto Key West de Florida que vio, unos dias antes del asesinato del presidente, a Oswald y Ruby hablando sobre algo o alguien a quién denominaban "Big Bird".


Ruby era bien conocido por la Policía que frecuentaba su local nocturno por lo que se cree que no debió tener problema en acceder a la comisaría en la que se tenía detenido a Oswald.


La implicación de la mafia ha sido tratada en el libro "Legacy of Secrecy; the long shadow of the JFK assassination" (editorial St. Martin's Griffin, publicado en 2013), del autor Lamar Waldron, que contó en su investigación con el apoyo de Tom Hartmann. Ambos analizaron documentos desclasificados y realizaron numerosas entrevistas, centrándose en el papel de la mafia en el magnicidio, en concreto la relación con Carlos Marcello, de Nueva Orleans.


Es también la teoría del autor italiano Steffano Vaccara, que plasma en su libro "Carlos Marcello: el hombre detrás del asesinato de Kennedy" (editorial Enigma Books, de 2013).


Los autores mencionados se basan en el acoso al que sometieron a la Mafia los hermanos Kennedy, en especial Robert, que había sido asesor de la Comisión Moover, la cual investigó las actividades mafiosas a finales de los 50. Ya con John en el poder, Robert se convirtió en fiscal general, prosiguiendo con su actividad anti-mafia; es más, expulsó al capo Marcello del País.


Se ha especulado con la colaboración del Gobierno de los Estados Unidos y la Mafia para derrocar a Fidel Castro, porque les expulsó del paraíso que para los mafiosos era Cuba. Se la conocían bien y aún mantenían contactos en la Isla por lo que se aliaron con Washington, o eso sostiene Steffano Vacara en su libro.


Según la teoría de la implicación de la Mafia, los Kennedy perseguían a la Mafia con lo que suponían un obstáculo así que Carlos Marcello contrata a Oswald que mata a John y para evitar que hable, le asesina a través del mafioso Jack Ruby.


Con Marcello también se halló cierta relación en la muerte de Martin Luther King, en 1968, puesto que se señaló como posible autor a Jules Ricco Kimble, quién había sido empleado del capo mafioso. Curiosamente, Ricco, en su declaración ante la Policía llegaría a decir que la verdadera responsable de la muerte de King fue la CIA. No se le dio crédito porque sería anteponer el testimonio de un criminal a la honorabilidad del Gobierno.


Se espera el estreno de una película inspirada en el libro Legacy of Secrecy sin fecha aún prevista, protagonizada por Leonardo di Caprio y Robert de Niro. El proyecto lleva anunciándose desde 2014.


¿Cuál fue el papel de la CIA?

En uno de los documentos desclasificados entre 2017 y 2018 (entonces vieron la luz casi 2.900 informes reservados), se halla la declaración de Richard Helms, director de la CIA en 1975, cuando la Comisión sobre actividades de la Central de Inteligencia le pregunta si la Agencia tuvo algo que ver en el magnicidio.


Le preguntan a Helms: «¿Hay alguna información relacionada con el asesinato de Kennedy que de alguna manera demuestre que Lee Harvey Oswald era agente de la CIA o agente...». Aquí se corta el texto, se entiende porque lo que sigue aún está censurado siendo uno de los casi 300 archivos que la CIA y el FBI continúan analizando pues su contenido sigue siendo información sensible para la seguridad nacional.


El propio Joe Biden declaró, en diciembre de 2021, que se necesitaba un año al menos para analizar en profundidad toda la documentación, antes de su desclasificación definitiva puesto que afectaba "a la defensa militar, las operaciones de inteligencia, la aplicación de la ley o la conducta de las relaciones exteriores".


¿Algo sucedido hace casi 60 años sigue afectando a la defensa nacional de los Estados Unidos? Suena a que el presidente Kennedy quiso cambiar algo que implicaba directamente al Pentágono o a la capacidad defensiva (u ofensiva) del País. Debe ser algo que actualmente continúa siendo como entonces, por lo que no puede o no debe ser alterado.


Si se confirmara que el Gobierno de los Estados Unidos tramó para derrocar al régimen cubano, aún en el poder en la actualidad, supondría una bomba informativa y más en plena crisis con Rusia, aliada de Cuba. Se entiende, por lo tanto, que se desee mantener en secreto aún, si esa fuera la razón.


Oliver Stone es un director de cine y documentales que lleva décadas realizando películas para mostrar la que cree es la verdad en torno a la muerte de Kennedy y la convulsa época que vivió. Stone cree que el presidente quiso arreglar la situación en Cuba y con la URSS, además de evitar el conflicto en Vietnam que ya estaba en ciernes (el sucesor de Kennedy fue el que ordenó la entrada en la guerra de los Estados Unidos).


La Casa Blanca sabía que el KGB sospechaba de Lyndon B. Johnson en el asesinato de Kennedy.

El que era vicepresidente con JFK (viéndose por ello obligado a relevarle tras su muerte), fue analizado por los servicios secretos soviéticos, en especial su relación con la familia Kennedy, para dilucidar si había algún tipo de odio personal hacia John. El FBI informó de ello en 1966.


John F. Kennedy le eligió como vicepresidente para tener contentos a los votantes texanos, tradicionalmente de mayoría republicana pero la animadversión de Johnson hacia los Kennedy era conocida y notoria.


Quiénes le conocían bien le eximieron de culpa recordando que en los momentos difíciles nunca abandonó a Kennedy. Incluso mantuvo a Robert como fiscal general del Estado durante un tiempo, hasta que las diferencias entre ambos ya eran insalvables.


Los nuevos documentos no aclaran nada

Carpetas con documentos apilados
En 2021 se desclasificaron 1.491 archivos

Entre los últimos informes que han salido a la luz, se habla de dos individuos que diversos testigos vieron cerca de la comitiva presidencial: uno con paraguas y otro en un montículo cercano (¿segundo tirador?).


No confirman ni desmienten ninguna de las teorías que se barajan.


En 1992, George Bush (padre) firmó una Ley por la que el Congreso se comprometía a revelar la documentación acumulada de la investigación transcurridos 25 años. En 2017, cumplido el plazo, el presidente Trump, si bien ordenó que se cumpliera la orden de Bush, aún continúan estudiándose muchos informes.


Aun así, lo revelado constituye un compendio de varios millones de páginas cuyo análisis es laborioso siendo necesaria la ayuda informática para entablar posibles conexiones.


Los nuevos archivos no aclaran nada, al contrario, aportan más sombras que luces que solo sirven para alimentar más la teoría de la conspiración.


Llama la atención una nota enviada a Washington sobre una información recogida en Madrid: en un bar de la capital española, una camarera oyó a dos periodistas cubanos hablar sobre que ese mismo día, 22 de noviembre, Kennedy iba a morir.


Desde luego, Fidel Castro tenía sobradas razones para atentar contra Kennedy, a tenor de las constantes injerencias de los Estados Unidos para intentar derrocar su Régimen.


La muerte del senador Robert Kennedy también daría para otra investigación puesto que tampoco se aclaró del todo.


Su propio hijo, Robert Kennedy Jr. dice no creer que la persona que fue detenida y encarcelada fuese el culpable, o al menos el único, lo que comparte otro hijo, Douglas Kennedy.


Sirhan Sirhan, de origen palestino, es el autor del crimen. Él mismo se declaró culpable alegando que lo hizo por la promesa de Robert de enviar cazas de combate a Israel si era elegido presidente (en 1969), que por entonces andaba en guerra con Egipto, aliado de la URSS en aquellos tiempos.


En cuanto al magnicidio más famoso de la Historia, queda por ver si los archivos que se desclasificarán teóricamente este año 2022 aportarán algo nuevo. No parece llegado el momento de revelar una información que aún continúa siendo muy sensible.

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