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El caso de las niñas Anna y Alicia de Tenerife

Actualizado: 20 nov 2023

La violencia vicaria que conmocionó a medio Mundo

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Se convirtió en un caso muy mediático en 2021, casi televisado en directo según surgían novedades. Lamentablemente, el cuerpo de la niña mayor, Olivia, fue hallado por el buque oceanográfico que ayudó en las labores de rastreo del fondo marino próximo a la Isla de Tenerife, donde desaparecieron. Se dio por sentado que el padre, Tomás Gimeno, la tiró por la borda presuntamente junto a la otra niña cuyo cuerpo no apareció. De ser así, estamos ante un presunto caso de violencia vicaria.


El cadáver se encontraba dentro de un macuto deportivo agarrado a un ancla que se sabe es de la embarcación de Tomás Gimeno, contra el que se dictó una orden internacional de búsqueda y captura. Se barajó, en un principio, la posibilidad de que huyera. La línea de investigación que abrió la Guardia Civil fue averiguar si le ayudó alguien; recordemos que las niñas (y el padre) llevaban desaparecidas desde el 27 de abril de 2021.


Resultados de la investigación

Cartel con las fotos de Tomás Gimeno y sus dos hijas

La reconstrucción forense presupone que Tomás mató a sus hijas presuntamente en su finca tras lo que se dirigió al puerto con las niñas en bolsas de basura y éstas dentro de macutos deportivos, zarpando por la noche para no ser visto nunca más.


Un mes después del suceso, el 21 de mayo, se supo que la actual pareja de Gimeno, directora de un centro educativo, recibió de manos del propio Gimeno un estuche lapicero, el mismo día de su desaparición, diciéndole a ella que le llamara por teléfono a las once de la noche.


El portavoz de la asociación SOS-Desaparecidos publicó una carta dirigida al padre de las niñas rogándole que diera señales de que se encontraban vivas y en buen estado.


Desgraciadamente, la esperanza ahora se cierne sobre la posibilidad de que la niña pequeña no haya sufrido el mismo destino que su hermana.


El temor a que sucediera lo peor comenzó cuando se halló la embarcación de Gimeno a la deriva, cerca de la localidad de Güímar, uno de cuyos juzgados de instrucción lleva las diligencias.


Su expareja, Beatriz Zimmermann (en adelante Beatriz Z.), madre de Anna y Alicia, se separó de Gimeno en agosto de 2020. Según la reconstrucción de su perfil psicológico, parece que era un hombre propenso a las infidelidades. Beatriz zanjó su matrimonio cuando se enteró de la relación que Tomás mantenía con su actual pareja, estando embarazada de la menor de las niñas.


La Guardia Civil ha preguntado a todos quiénes conocen a Gimeno: parientes, vecinos, amigos y algunos clientes. Se sabe que es un gran aficionado a las carreras de karts, pero ni en esos ambientes ni en ningún otro han aclarado nada sobre su paradero.


Al parecer, tuvo continuos desencuentros con Beatriz a quién le dijo en más de una ocasión que no soportaba ver a sus hijas con la nueva pareja de ella.


Las labores de búsqueda

Escudo de la INTERPOL
La INTERPOL sigue buscando a Tomás Gimeno

El radio de acción en tierra abarcaba toda la Isla de Tenerife pero, según se hicieron eco algunos medios, se llegó a sospechar con la posibilidad de que huyera el padre al continente americano o algún País africano, más próximo a las Islas Canarias. Los medios de comunicación americanos difundieron la noticia ayudando así en la búsqueda e INTERPOL avisó a los Cuerpos de Seguridad africanos.


Un helicóptero de la Guardia Civil junto a una embarcación marítima, provista de sónar para rastrear el fondo marino, patrullaron de modo continuo Tenerife, así como las Islas de La Palma, Hierro y La Gomera.


La UCO (Unidad Central Operativa) de la Guardia Civil añadió a los medios desplegados en tierra un dispositivo con cámara láser que realiza un escaneo proyectando imágenes en tres dimensiones. Se utiliza en reconstrucción forense de la escena de un crimen cuando se desconoce el volumen o forma de algo que se esté investigando que no esté a simple vista o permanezca oculto.


En el caso de las niñas de Tenerife se analizaron los bultos que Gimeno introdujo en su embarcación como puede verse en la grabación de la cámara de seguridad. Pero en un vídeo nos podemos hacer una idea aproximada del tamaño de los petates pero no del volumen real. Es por lo que se usa el sistema mencionado que superpuso las imágenes de vídeo al escenario escaneado de la zona en la que se vio por última vez a Gimeno, el puerto donde estacionó su vehículo y trasladó los bultos a la embarcación.


Como Gimeno estaba aún convaleciente de una lesión en las costillas, según el esfuerzo que hizo y el grado de inclinación de los bultos al ser transportados, se puede establecer un cálculo casi exacto del volumen.


Es un dato que facilitó y mucho la tarea del buque oceanográfico "Ángeles Alvariño", procedente de Vigo, ya que al no tener ese dato (el del volumen de lo que están buscando) tuvieron que parar su barrido del fondo marino siempre que se topaban con algún bulto de cierto tamaño. Una vez la UCO les trasladó el nuevo dato, lo introdujeron en el sónar y al afinar más la búsqueda se produjo el macabro hallazgo.


También se rastreó el teléfono móvil con el que se comunicó Gimeno con las últimas personas con las que habló, entre otras su ex-pareja. La señal se cortó de forma repentina, de madrugada, pero había cargado la batería previamente en el puerto. Una de dos: o se volvió a descargar debido a las largas conversaciones que mantuvo o el móvil cayó al agua (o lo tiró para que no rastrearan la señal sino se arrojó el mismo por la borda).


Al mismo tiempo, el buque oceanográfico realizó un barrido del fondo marino gracias a su sónar más sofisticado y sus siete cámaras.


El navío suele usarse para recuperar objetos o recoger muestras que se encuentran a gran profundidad. Cuenta con un robot submarino que fue de gran ayuda. Es el que encontró el cadáver de Olivia. A finales de junio de 2021 dejó su labor definitivamente para dedicarse a otros menesteres importantes que habían sido aplazados para volcarse en la búsqueda de las niñas. Fue un trabajo muy complejo porque el fondo marino próximo a las Islas Canarias es muy rocoso, lo que vuelve excesivamente complicada la tarea.


Reconstrucción forense

27 de abril, martes: A las cinco de la tarde, Tomás Gimeno recoge a sus hijas del colegio del que es directora su actual pareja, en torno a las 17:00 horas.


A su novia le deja un estuche-lapicero cerrado con cinta de embalar, pidiéndole que no lo abra hasta las once de la noche, pero ella lo desembala poco después de marcharse él, descubriendo 6.200 € en billetes y una carta en la que se despedía de ella, diciéndole que abandonaba el País (algo que no denunció ella en ese momento).


Gimeno y las niñas se dirigen al club social en el que la mayor, Olivia, da clases de tenis; mientras Olivia está en el tenis, su padre deja a la hija menor en casa de los abuelos paternos, dirigiéndose él al puerto a comprobar su embarcación.


Antes de las seis de la tarde, Gimeno recoge a su hija del tenis cuando habitualmente suele salir de las clases a las seis y media. Se marcha al hogar de sus padres, donde les ha dejado a su perro y tarjetas de crédito con las claves, lo que tampoco declararon en su día sus progenitores. Estuvo con ellos y la niñas hasta las siete y media de la tarde, cuando se marcha con ellas. Una vecina les ve a los tres en la finca-residencia de Gimeno a las ocho.


Gimeno le pidió a su hija Olivia que le dijera a su madre, por teléfono, que acudiera a la casa de él sobre las nueve de la noche a por unos cuadros (o eso trascendió en los medios). Se sospecha que tal vez Tomás pretendía algo contra Beatriz Z. pero ésta llegó cuando él ya se había marchado. Beatriz recogió los cuadros y llamó a Tomás quién le dijo que estaban cenando y que más tarde se llevaría a las niñas a casa de Beatriz.


Las cámaras de seguridad del puerto de Santa Cruz de Tenerife le captan, a las nueve y media de la noche, cargando seis bultos, incluyendo dos macutos grandes y una mochila en su lancha. No hay rastro de las niñas.


La ex-pareja de Gimeno denunció el hecho a la Guardia Civil pero según comunicó ella misma no le recogieron la denuncia porque no había pactada una entrega de las niñas de forma oficial, pues no había convenio de custodia. Nada indicaba en ese momento que Tomás planeara matar a sus hijas, lo que ni siquiera Beatriz sospechaba.


Estando Beatriz en el cuartel Tomás habló por teléfono con ella quién puso el altavoz para que lo oyera el agente que le atendía, pero se marchó sin poner la denuncia (la Guardia Civil abrió una investigación interna para esclarecer si, en ese instante, se actuó de forma correcta o indebida).


Más tarde, Tomás habla con Beatriz durante horas (lo que pudo motivar que se acabara la batería del teléfono, pues habló con más personas), hasta la una de la madrugada, diciéndole él que jamás les volvería a ver - ni a él ni a las niñas -. Sin embargo, según Beatriz Z., pareció relajarse y por eso no acudió de nuevo al cuartel para denunciarlo, sino que lo haría al día siguiente por la mañana.


Gimeno zarpó pero regresa a las once y media de la noche, marchando a una gasolinera donde compró tabaco y un cargador de teléfono móvil. Estaba incumpliendo el toque de queda impuesto por las autoridades por la pandemia del coronavirus pero, al parecer, a él le preocupaba más conseguir un cargador para su móvil que ser denunciado por la Policía.


De hecho, fue interceptado por la Guardia Civil cuando salía de la gasolinera y regresaba al puerto, denunciado por saltarse el toque de queda. Los agentes inspeccionaron su embarcación y no vieron nada sospechoso.


Al vigilante le pide que cargue su teléfono en las dependencias del puerto. El guardia de seguridad declararía posteriormente que no le vio con las niñas en ningún momento, ni siquiera cuando le abrió la barrera de acceso a las instalaciones portuarias, a las 21:28 horas.


28 de abril, miércoles: A las ocho de la mañana, Beatriz Z. denuncia la desaparición de sus hijas ante la alarma que suscita en ella los comentarios de personas cercanas a Gimeno que le dicen a Beatriz que les llamó para despedirse.


A las cinco de la tarde se halla la embarcación, sin el ancla y con el GPS desconectado, por lo que pudo también haber tirado el teléfono al mar, para que no le rastrearan, como decíamos antes.


Se halló también una sillita infantil de automóvil flotando en el mar, identificada como de una de las niñas y en la lancha se toman muestras de sangre que hay en la cubierta.


El vehículo, estacionado en el puerto, también fue registrado sin resultados y en su vivienda, en el municipio de Candelaria, tampoco se encontró ningún vestigio que arroje algo de luz.


29 de abril, jueves: Visionando las cámaras de seguridad del Puerto se observa que la embarcación de Gimeno salió por última vez pasada la medianoche del 28 al 29.


Recordemos que ya de madrugada se comunicó tanto con su ex-pareja como con personas próximas, quiénes dirían después que se quedaron extrañados porque sonaba a despedida.


30 de abril, viernes: Los buceadores del Grupo de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil continúan con sus inmersiones en las aguas del litoral menos profundas (hasta 60 metros) para intentar hallar una pista.


1 de mayo, sábado: La UCO envía un equipo a Tenerife. Se dicta una orden internacional de búsqueda y captura de Tomás Gimeno por si se hubiera llevado a sus hijas fuera de España.


2 de mayo, domingo (Día de la Madre): Beatriz Z. manifestó a los medios tener la esperanza de que las niñas se encontraran bien.


3 de mayo, lunes: La UCO revisa las cuentas de Gimeno y halla una transferencia de 55.000 €, realizada el día 26 de abril. En principio es un movimiento habitual en las operaciones mercantiles de Gimeno.


Gimeno ha dejado algunos de sus vehículos a personas de su entorno más cercano y transferido sus ahorros a su actual pareja, según publican varios medios.


4 de mayo, martes: Los resultados del análisis de la sangre hallada en la embarcación arrojan que pertenecen a Tomás Gimeno. Su ex-pareja y madre de las niñas difunde un vídeo enternecedor de las mismas para que se comparta en redes sociales y medios de comunicación (anteriormente ya habían publicado varios).

6 de mayo, jueves: INTERPOL ya ha comunicado la búsqueda de las niñas a todos los Países adscritos a su red internacional. Una de las medidas incluye colocar una foto de ambas en cientos de miles de cajeros expendedores de dinero.


8 de mayo, sábado: Se publica en un diario de tirada nacional que Gimeno había comentado en alguna ocasión que no quería que sus hijas se criaran con la actual pareja de Beatriz Z.; un ciudadano belga de 60 años al que Gimeno llamaba "el viejo".


Se sabe que contrató a una empresa de investigación privada para que siguiera los pasos de Beatriz Z. (posteriormente, Gimeno agredió al hombre en un parking de un restaurante, pero no le denunciaron). La información obtenida por el detective privado contratado fue facilitada por el mismo a la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil en Tenerife.


19 de mayo, miércoles: Perros adiestrados de la Guardia Civil, desplazados junto a sus instructores desde Madrid, inspeccionan la embarcación, el vehículo y la vivienda de Gimeno, sin hallar restos de las niñas que pudieran arrojar alguna pista.


20 de mayo, jueves: Beatriz Z. publica otra petición a través de distintos medios y redes llamando a Gimeno a que cese y regrese puesto que las niñas no tienen la culpa de las diferencias entre los progenitores.


25 de mayo, martes (Día Internacional de los Niños Desaparecidos): Beatriz Z. publica una carta hablando de la dura situación por la que está pasando.


29 de mayo, sábado: El buque oceanográfico se une a las labores de búsqueda de las niñas Anna y Alicia.

Helicóptero de la Guardia Civil
La Guardia Civil buscó de modo continuo

1 de junio, martes: La UCO continúa investigando. El depósito de combustible usado por la embarcación de Gimeno gastó 150 litros lo que da una idea bastante aproximada del radio de movimientos a rastrear hasta el lugar donde desaparecieron (se baraja la posibilidad de que subiera a otra embarcación).


7 de junio, lunes: El barco oceanográfico halla una funda nórdica y una botella de oxígeno propiedad de Tomás Gimeno.


10 de junio, jueves: El cadáver de Olivia Gimeno es hallado a 1.000 metros de profundidad por el buque oceanográfico.


30 de junio, miércoles: El buque oceanográfico abandona definitivamente la búsqueda de la otra niña y del padre.


Colaboración ciudadana: si no ayudas, no estorbes


Cualquier persona que tuviera algún dato que ayudara en la investigación sobre paraderos de menores desaparecidos ha de ponerse en contacto con la Fundación ANAR (Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo):

Por supuesto, pueden llamar también al número de emergencias de la Guardia Civil, el 062, el de la Policía (091) o el de emergencias generales que igualmente funciona en todo el territorio de la UE, el 112.


La organización SOS-Desaparecidos denunció la suplantación de Gimeno a cargo de dos personas, que contactaron con la ONG de forma anónima y que buscaban estafar a la familia pidiendo que se les ingresara dinero a cambio de liberar a las niñas.


Un sacerdote canario llegaría a decir que el suceso se produjo por culpa de la madre y su infidelidad hacia Gimeno. El obispado canario le reprobó pidiendo disculpas por sus declaraciones. No es para menos, ya que independientemente de quién le fuera infiel a quién, ello no justifica una atrocidad como la acaecida. Tal indignación produjeron las palabras del cura que el Cabildo de Gran Canaria le denunció por si hubiera incurrido en algún tipo de infracción o delito.


Todas las personas que se sabe han tenido algún tipo de relación con Gimeno han sido interrogadas y otras han colaborado de motu propio.


Pero hablamos de ayudar, no de criticar o mancillar sino de cooperar. Si no es esa la intención, mejor echarse a un lado para no estorbar en la investigación o molestar a una familia destrozada.


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